Le regale mi noche a unos ojos azules, con una mirada hipnotizante,
con manos calientes.
Le regale mi noche a susurros en el oído, a cariños en distinos idiomas,
a versos románticos.
Le regale mi noche a un pueblo pequeño.
Le regale mi noche a calles empedradas,
a callejones sin salida,
a besos sin miradas,
a besos sin sentimientos.
Le regale mi noche a unos ojos azules, pero sólo pensaba en esos ojos color chocolate que primero me conquistaron.