El café sabe a mentira el desayuno tiene color de olvidado, pan tostado desvanecido por el aire. Las gotas de la regadera parecen espinas tocando la espalda del amante tenso de la noche anterior. Ojos que persiguen con lujuria obligada, bocas secas besando labios cuarteados, manos buscando carne fresca. El aire denso lleno de nicotina prohiben dejar de prometer lo que nunca va a suceder.
Duro!
Me costó trabajo
Difícil de leer!
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